"Como país situado en el Mediterráneo, en la otra punta de Europa respecto a Rusia, tenemos que ser árbitros moderadores. Hay posiciones dentro de Europa que lo que buscan es el enconamiento de las posiciones, pero nosotros no tenemos que entrar en la órbita de aquellos que están promoviendo las posiciones más agresivas respecto a Rusia", afirma el analista español, que además de su labor docente, en los últimos años trabajó como consejero del Partido Popular Europeo, llegando a ser principal asesor de Pedro Agramunt, expresidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE).
Mestre destaca que en los últimos años las relaciones entre España y Rusia fueron "bastante buenas" pese al clima de tensión entre la Unión Europea y el Kremlin.
Sin embargo, la reciente publicación de informaciones que apuntan a la existencia una presunta operación de desinformación en redes sociales en torno al conflicto catalán desde Rusia creó un punto de fricción entre ambas administraciones.
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El Gobierno español avaló parcialmente estas informaciones —publicadas en su mayoría por el diario El País— y dijo tener constancia de que al menos un 70% de los presuntos perfiles falsos dedicados a difundir informaciones desfavorables para Madrid estaban radicados en Rusia.
Solo un día después, el ministro portavoz del Gobierno español, Íñigo Méndez de Vigo, subrayó que en ningún momento las acusaciones se dirigieron al Gobierno ruso o a ciudadanos rusos, ya que esos perfiles pueden ser manejados desde cualquier punto del mundo.
En opinión de Mestre, independientemente de que haya podido existir dicha campaña de desinformación o no, es claro que algunos actores "quieren cultivar una imagen de demonización de Rusia".
"Esta imagen que se trasladó en las últimas semanas de manera machacona a la opinión pública día tras día que persigue convertir a Rusia en el villano común de la historia de espías, en la pesadilla de cualquier niño", añade.
Mestre se muestra convencido de que "Rusia no tiene ninguna intención de atacar a Europa Occidental en las actuales circunstancias", por lo que aboga por explorar las posibilidades de una "relación constructiva".
"No pierdo confianza en las posibilidades constructivas de dicha relación. A pesar de las diferencias que podamos tener, nos complementamos entre nosotros y nos podemos enriquecer el uno al otro", asevera.
Además, según apunta Mestre, la apertura de un clima de diálogo más distendido podría llegar a ser beneficiosa para España en el plano económico, ya que un hipotético escenario de retirada de las sanciones a Moscú aliviaría la actual situación de agravio sufrida de manera colateral por el sector hortofrutícola español.