El ejército comunicó esta decisión a los residentes de Al Walaya mediante una carta enviada a cada uno de ellos el 14 de noviembre, donde se les informa de que ya no podrán desplazarse al manantial.
Israel dice que las balsas de Al Walaya, así como los milenarios bancales que construyeron sus antepasados durante siglos, formarán parte a partir de ahora de un parque municipal de Jerusalén gestionado por el ayuntamiento judío de la ciudad.
Los residentes de Al Walaya tampoco podrán bajar hasta las terrazas que cultivaron durante siglos puesto que Israel construyó en la zona un muro que separa completamente el pueblo de esas tierras.
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En las cartas enviadas, el ejército ha dado a los residentes de Al Walaya 15 días para que presenten reclamaciones.
Los historiadores creen que las largas terrazas de cultivo de Al Walaya, que pronto formarán parte del parque municipal de Jerusalén, se empezaron a construir por los habitantes de la zona hace unos 5.000 años.