Anteriormente trascendió que una columna de vehículos blindados partió hacia la capital del país, Harare.
También hubo informes no confirmados de que los militares tomaron la televisión y se produjeron explosiones en la capital.
Más tarde, el Ejército zimbabuense declaró que sus acciones no pueden calificarse como "una toma militar del Gobierno" y que los militares buscaron responsabilizar a "criminales".
A principios de noviembre, el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, de 93 años, despidió a su adjunto y posible sucesor, Emmerson Mnangagwa, que contaba con el apoyo del Ejército.
#Zimbabwe Military now in charge, say they are targeting criminals around Mugabe but Mugabe and family are safe. pic.twitter.com/bbuXxRkUB5
— Dewa Mavhinga (@dewamavhinga) 15 ноября 2017 г.
El 13 de noviembre, el jefe del Estado Mayor del Ejército, Constantine Chiwenga, llamó al presidente que cese las purgas en el partido gobernante del cual fue expulsado poco antes.