La investigación realizada por los científicos de siete países reveló que los habitantes de Georgia comenzaron a producir vino hace 8.000 años, es decir un millar de años antes que este arte apareciera en Oriente Medio, dice el artículo publicado en The New York Times.
"Un amplio abanico de sabores y aromas de 10.000 variedades de vino es el producto de un largo procedimiento de distribución e hibridación de las especies cultivadas y silvestres por toda Eurasia. Estas especies, que hoy producen casi el 99,9% del vino, empezaron su viaje por la Tierra aquí, en el Cáucaso", asegura el coautor del proyecto Stephen Batiuk, colaborador científico de la Universidad de Toronto.
Utilizando nuevas oportunidades de análisis genético, Batiuk y su equipo analizaron la composición química de las inclusiones de las paredes de los pedazos de vasija, tratando de entender qué sustancias guardaban en estos vasos.
A favor de la hipótesis sobre el origen del vino aportan además otros argumentos. La versión también está respaldada por el hecho de que las tierras de Gadachryli, la región de origen de los hallazgos, contienen una gran cantidad de polen de uva y los llamados fitolitos, partes de silicio contenidas en las células de la vid y otras plantas.
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Además, el clima en el valle de Marneuli era más húmedo y templado al final de la Edad de Piedra, lo que permitió que las uvas crecieran allí sin el cuidado constante del ser humano.