Hace exactamente 99 años, en la época de la guerra civil rusa, fue creado el Servicio Químico del Ejército Rojo. Hoy en día, esta subdivisión de las Fuerzas Armadas se dedica a la detección y neutralización de amenazas, así como a las operaciones de fumigación de terrenos e instalaciones.
Los efectivos de las RJB trabajan en condiciones de contaminación radiactiva y química. Esta agrupación también se dedica a la eliminación de las consecuencias de los accidentes nucleares y biológicos.
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Por ejemplo, fueron las unidades de esta rama militar rusa los primeros en responder al brote de ántrax en el Lejano Oriente ruso el año pasado.
No obstante, a pesar de tener un carácter más bien defensivo, esas unidades disponen también de medidas ofensivas. Así, están encargadas de los lanzacohetes incendiarios, los temibles TOS Buratino y TOS-1A Solntsepiok.