La Revolución rusa marcó un antes y un después en la historia contemporánea. La llegada de los bolcheviques al Gobierno ruso y el desarrollo del socialismo tuvo profundas consecuencias durante buena parte del siglo XX dentro y fuera de fronteras. A un siglo de los hechos que estremecieron al mundo, muchos se preguntan si es posible que se repita un acontecimiento de tal envergadura.
"La Revolución de 1917 es inseparable de la Primera Guerra Mundial, que fue una catástrofe desde el punto de vista humano, político, social, para todos los países europeos y en primer lugar para Rusia", opinó el experto, quien consideró "inseparables" ambos hechos.
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Por eso, las manifestaciones populares ocurridas en marzo de 1917 (febrero, según el calendario juliano en uso en aquel entonces en el Imperio ruso) logran desintegrar en cuestión de pocos días "un estado creado por los Románov 350 años antes" y dejando "un enorme vacío de poder".
"Lo que en definitiva ocurrió desde el punto de vista histórico con la Revolución bolchevique de octubre de 1917 fue que la organización liderada por Vladimir Ilich Lenin, el partido bolchevique mayoritario dentro de la socialdemocracia rusa, reconstruyó el Estado que se había desintegrado", explicó Castro.
"En los últimos 38 años la pobreza en el mundo se ha reducido más de 10 puntos. Nunca como ahora ha habido menos pobres en la historia. La razón fundamental es el cambio de la República Popular China, que en los últimos 38 años ha logrado sacar de la extrema situación de pobreza a más de 750 millones de personas", dijo el experto.
El Gobierno chino, al que Castro definió como el "gran destructor de la pobreza del mundo", ha mezclado la ideología "marxista-leninista" con un impulso a la economía de mercado. El experto recordó que quedan menos de 40 millones de pobres sobre una población total de 1.400 millones aproximadamente. "El objetivo del objetivo del presidente Xi Jinping es terminar con estos 40 millones de pobres en el 2020", puntualizó.
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Además, una revolución contra el capitalismo no sería posible con las mismas características que en 1917, porque las relaciones entre capital y trabajo han cambiado de manera radical. Si antes se hablaba de capitalismo, actualmente es preferible hacerlo de un "modo capitalista de producción".
"Es un sistema de producción que vincula el ahorro con la producción y a partir de ahí la reproducción ampliada. Esto tiene una manifestación adquirida en los últimos 40 años a través del surgimiento de un sistema integrado transnacional de producción, en donde los actores son las grandes empresas trasnacionales", recordó Castro.
"El factor fundamental de este sistema capitalista no es ni el capital ni el trabajo, sino el conocimiento. En definitiva es la base de la acumulación capitalista del mundo de hoy". Es lo que Marx denominaba "la inteligencia colectiva", dijo el analista.