Los ocho protagonistas de la expedición son todos verdaderos aventureros. Algunos, campeones de deportes extremos. Otros, miembros de la Sociedad Geográfica Rusa y fotógrafos dispuestos a arriesgar su cámara en una expedición que comenzó en primavera en la ciudad de Arjánguelsk, al noroeste de Rusia, y que acaba de tocar a su fin al otro lado del mundo, en Anádir, en el extremo oriental del país.
Vladímir Nikoláyev, cartógrafo y especialista en el Instituto de Investigación del Ártico y Antártico, es uno de los aventureros que se embarcó en esta aventura y así la relata desde el portal oficial.
"La expedición ha sido la mayor aventura de nuestras vidas. Hemos atravesado todo el país a lo largo del círculo polar ártico. Hemos conocido muchísimas ciudades y muchísimos pueblos. También a sus habitantes y sus modos de vida. Fuimos testigos de la belleza que envuelve la meseta de Putorana y cruzamos las cordilleras de Verjoyansk, Chersk y Momsk. También, grandes ríos siberianos como el Lena y el Yeniséi. La belleza de todos estos lugares quedará grabada para siempre en nuestros corazones".
La estrella de la expedición fue, sin duda, el ya popular todoterreno anfibio ruso Sherp, indispensable allí donde el terreno no entiende de caminos y mucho menos de asfalto. Los cuatro Sherp partieron de Arjánguelsk el 14 de abril de 2017 rumbo al este.
Las dudas entre los integrantes de la expedición les asaltaron durante la primera mitad del camino, donde el terreno es especialmente escarpado hasta la meseta de Putorana, la más elevada y compleja de toda Siberia. Atravesarla les costó tres duras semanas.
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Embarcarse en una aventura de estas dimensiones no está al alcance de cualquiera. Quienes lo hicieron y atravesaron los 9.701 kilómetros se entrenaron a fondo durante dos años. Así lo explica Pável Emelin, guía de la expedición.
"No todo el mundo conoce el terreno a lo largo y ancho del país. Hubo que estudiarlo y saber, literalmente, lo que tendríamos bajo nuestros pies. Así que nos aprendimos el relieve del terreno, la vegetación, la fauna, la altitud, las masas de agua con las que nos encontraríamos. Aprendí cómo es la tundra, cómo es la taiga y cómo es el terreno montañoso. Tardé dos años en aprenderme la ruta y durante los últimos cinco meses estuvimos prácticamente las 24 horas organizándolo todo".
Pero los expedicionarios estuvieron en buenas manos, o mejor dicho, en buenas ruedas. Y es que los enormes neumáticos de los Sherp tienen un diámetro de 1,6 metros. "Los Sherp son capaces de atravesar cualquier terreno y nadan bien", dice Alexéi Garagashián, el líder de la expedición, quien destaca que al llegar a Yakutia todos les preguntaban cómo habían llegado hasta allí si no había carreteras por ninguna parte.
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La ruta finalizó en la capital de la región de Kamchatka, Petropávlovsk-Kamchatski. Pero no todo acaba allí. Desde Chukotka, de la que es capital Anádir, planean atravesar el mar de Bering y llegar hasta América del Norte. Pero eso será en 2019.