"Vine a Bruselas sobre todo para impedir una situación de confrontación porque había mucha gente dispuesta a mantener la resistencia, pero sobre todo sabíamos que el Estado español se preparaba para una nueva ola de violencia, como lo mostró el 1 de octubre, el día del referéndum", manifestó el exdirigente de la Generalitat.
"No lo hice, no quiero hacerlo porque nunca, nunca la violencia ha sido una opción para nosotros", subrayó.
Puigdemont descartó que la situación en Cataluña pueda provocar una guerra civil, recordando que las "manifestaciones de millones de personas" que se celebraron en esa región en los últimos siete años se desarrollaron "sin ningún incidente".
"El movimiento catalanista es muy pacífico", enfatizó.
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Los cinco exfuncionarios del Gobierno de Cataluña, cesado por Madrid tras la declaración de independencia aprobada por el Parlamento autonómico el pasado 27 de octubre, se encuentran en Bélgica para, según explicaron, denunciar en el corazón de la Europa institucional la persecución política a la que, a su modo de ver, son sometidos en España.