"Los planes para el misil Sarmat van según lo previsto. A finales de 2017 pensamos llevar a cabo las primeras pruebas de lanzamiento", dijo Yuri Borísov, viceministro de Defensa, en unas declaraciones a la revista rusa 'Voenno-Promishlenni Kurier'.
Para Ígor Korótchenko, redactor principal del periódico Natsionalnaya Oborona, el misil nuclear Sarmat se convertirá en la respuesta al despliegue del escudo antimisiles de Estados Unidos en Europa.
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"El misil balístico intercontinental (ICBM, por sus siglas en inglés) Sarmat, que se enmarca dentro del programa armamentístico [de Rusia], está pensado para resolver los problemas de contención nuclear (…) Esta solución se tomó ante el despliegue del escudo antimisiles de EEUU, en concreto, en Rumanía y en Polonia. Las medidas [de Rusia] en el ámbito militar nuclear se han tomado para no permitir a EEUU imponerse unilaterralmente con su escudo antimisiles a Rusia. [Esas medidas] también se han adoptado para mantener la estabilidad estratégica", afirmó.
Sarmat está llamado a ocupar el lugar del sistema RS-20M Voevoda —bautizado en Occidente como el Satán—, que está en servicio desde finales de los años 80, y que ha sido, hasta nuestros días, el misil más potente de todos los balísticos intercontinentales de Rusia.
Rusia comenzó a construir el Sarmat en 2011 y, según informó a Sputnik una fuente de la Defensa rusa, con él se planea armar a siete regimientos de las Tropas de Misiles de Designación Estratégica del país a partir de 2020.