No solo las gigantescas turbinas en los molinos de viento o en las represas pueden generar electricidad. Con el mismo principio de funcionamiento, es posible aprovechar la vibración que provocan los autos al pasar por una calzada o los movimientos dentro de un tren. O incluso tus propios pasos cuando caminas, gracias a un invento realizado por un ingeniero chileno.
"Hay un principio físico elemental: si yo muevo un imán frente a una bobina logro producir en ella una diferencia de potencial, un voltaje. Si a esa bobina le conecto una carga eléctrica —una resistencia, una batería o una ampollita— produzco potencia eléctrica", explicó el ingeniero.
A partir de modelos matemáticos, Chiang y su equipo modelaron un sistema de bobina e imán capaz de transformar diminutas cantidades de energía que un dispositivo convencional no lograría.
"Si pongo un dispositivo en el camino voy a ver que los autos pasan y mueven el suelo. Esa cantidad de energía es poca, pero podría ser útil en determinada circunstancia. Para capturarla el aparato tiene que ser especial", indicó Chiang.
No se trata de grandes cantidades —no bastaría, por ejemplo, para poner a andar un motor— pero aún así puede dar sus frutos. Uno de los conceptos de la invención es la portabilidad. La idea es, por ejemplo, llegar a "miniaturizarlo" a las dimensiones de un paquete de cigarrillos.
"Como el aparato es de pequeño tamaño y la idea es que capture vibraciones, dondequiera que haya, puedo ponerlo y va a empezar a obtener energía. En pocas cantidades, pero energía útil al fin", indicó el ingeniero, descendiente por vía paterna de inmigrantes llegados a Chile a principios del siglo XX de la región china de Cantón.
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Un peatón puede transformar su movimiento en carga para hacer funcionar estos aparatos. Se trata de "muy poca" energía —con un watt de potencia se necesitaría caminar cuatro horas para cargar un teléfono—, pero en caso de ser necesaria, "se puede recuperar".
"Si voy de trekking a un parque o a una zona poco habitada y llevo mi teléfono, mi GPS y sensores para hacer mediciones, en pocas horas se van a acabar las baterías que llevo. La idea es que yo con caminar pueda generar una cantidad de energía que sea pequeña, pero suficiente para cargar un aparato electrónico", ejemplificó Chiang.
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Cuanto más grande sea el objeto, mayor capacidad de captar energía tendrá. La 'caja', en proceso de patentamiento, es pasible de ser modificada para que sea más o menos potente. Los científicos están buscando alianzas con el sector privado para darle aplicaciones comerciales a este prototipo.
"Si logro que un objeto del tamaño de una caja de cigarros me cargue bien y encima sea confiable y barato, va a ser un buen producto. Hay varias empresas que están interesadas. Estamos tratando de mejorar la confiabilidad del dispositivo", comentó Chiang.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 25 de agosto de 2015
El profesor puso como ejemplo su utilidad para la industria minera en Chile, donde se usan gran cantidad de aparatos de medición que deben ser cargados "a varios kilómetros de la faena". Aprovechar las vibraciones que se producen en las minas abriría una ventana a una solución práctica y reduciría costos.
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"Hay una empresa que quiere ponerlo en las carreteras para tener teléfonos o sensores disponibles para los usuarios. Otros quieren ponerlos en ferrocarriles para asegurar las comunicaciones entre distintos convoyes en caso de que algo falle, como respaldo. Hemos tenido acercamientos de varios tipos, porque aplicaciones hay muchas. Tenemos que ver cuál aspecto comercial sería el más atractivo para partir", concluyó Chiang.