"Quieren un cambio de régimen. Es tan evidente, y la historia nos enseña que lo intentaron hacer antes, en 1996, después de que mi padre se convirtió en emir", dijo en una entrevista con la cadena CBS.
"Queremos la libertad de expresión para la gente de la región, y a ellos no les sienta bien eso y lo ven como una amenaza", explicó.
A este respecto, el gobernante catarí descartó que su país cierre la cadena Al Jazeera.
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Al mismo tiempo, aseguró que Catar "quiere que esto se acabe", en referencia a la crisis diplomática con el cuarteto árabe, pero no al precio de la dignidad y la soberanía del país.
"Nuestra soberanía es una línea roja. No aceptaremos que nadie interfiera en nuestra soberanía", concluyó.
En junio pasado, Arabia Saudí, Egipto, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos rompieron relaciones diplomáticas con Catar y suspendieron todas las comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas con la pequeña monarquía del golfo Pérsico, a la que acusaron de patrocinar el terrorismo.
Para normalizar las relaciones, los promotores del boicot presentaron a Catar 13 condiciones, entre ellas el cierre de la cadena de televisión Al Jazeera, la ruptura de los vínculos con Irán y con el movimiento de los Hermanos Musulmanes, así como el desmantelamiento de una base militar turca.
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El Gobierno de Catar calificó de injustificado el bloqueo diplomático y de inviables las condiciones para levantarlo.