Comités de inteligencia del Congreso de EEUU, tribunales FISA (Foreign Intelligence Surveillance Act, en inglés) e "incluso la Administración" no tienen un control real de lo que sucede dentro de las agencias de inteligencia. No disponen de ninguna manera de verificar lo que están haciendo y eso es un verdadero problema: incluso los directores de esas mismas agencias no necesariamente saben lo que está sucediendo en sus organismos", dijo el exagente de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) Bill Binney en una entrevista con Sputnik.
El Gobierno de EEUU emplea a numerosos contratistas para facilitar las operaciones de inteligencia y de ese modo dispersa el posible control sobre sus actividades.
"Están pasando tantas cosas con estos contratistas, tanta compartimentación, que nadie sabe exactamente lo que es posible en estos días", subrayó el periodista y exactivista de Anonymous, Barrett Brown.
Volver a aprobar esta ley es una medida puramente propagandística, ya que las agencias de inteligencia tienen la capacidad de eludirla de todos modos, indicó Binney. "Se pueden redactar tantas leyes como se desee: las agencias [de inteligencia] pueden violarlas", porque el Congreso no sabe realmente qué está pasando en esos organismos, resaltó el experto.
"No tienen ni idea de lo que está pasando oficialmente y menos extraoficialmente en la recopilación masiva de datos sobre ciudadanos estadounidenses establecida por la Orden Ejecutiva 12333", explicó Binney.
Uno de los puntos de la normativa permite la recopilación de información "que puede violar las leyes federales, estatales, locales o extranjeras". En otras palabras, el dictamen da carta blanca a la comunidad de inteligencia a la hora de infringir la ley en cumplimiento de su trabajo.
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