Bjorn Dihle halló esta rareza blanca de 5 metros de longitud en la playa de una zona conocida como Berners Bay.
Lo que sorprendió especialmente al experimentado guía y antiguo pescador era que el cadáver parecía no tener un cuerpo definido. Según Dihle, la repugnante masa blanca tenía el mismo tacto y textura que un hígado.
Los científicos creen que Dihle probablemente se topó con el hígado de un tiburón dormilón del Pacífico.
Sin embargo, todavía queda por explicar por qué ese órgano en particular de la criatura —que en condiciones normales tendría que haber sido rápidamente devorado por otros peces o aves— logró llegar casi intacto hasta esa playa de Alaska.

