"La lucha real en Libia tiene como objetivo los recursos, y resulta imprescindible el componente económico en el proyecto de acuerdo (nacional)", dijo el político, que estuvo al mando del Gobierno durante la guerra civil en Libia que tuvo lugar en 2011.
"Hace falta que eso quede plasmado en la Constitución, y que los actores internacionales jueguen el papel de observadores y garantes del diálogo libio, sin injerir en su contenido", destacó el ex primer ministro.
En octubre los organismos del poder libio que se encuentran en conflicto acordaron en Túnez modificar el convenio político firmado en 2015 bajo el auspicio de la ONU, las partes encontraron puntos en común, pero las divergencias se mantienen.
Yibril aseguró, no obstante, que la crisis en el país sería solucionada en breve, pues la hoja de ruta más reciente, debatida este mes, refleja la situación real en el país, y el nuevo enviado especial de la ONU para Libia, el libanés Ghassan Salamé, logró comprender mejor la coyuntura sobre el terreno.
Las autoridades de la parte oriental del país actúan de forma independiente y cooperan con el Ejército Nacional de Libia al mando de Jalifa Haftar, que libra una larga guerra contra los islamistas.