"Desde el 15 de julio (de 2016) 995 personas solicitaron asilo en Grecia, no nos gustaría que Grecia se convirtiera en un refugio para los miembros del FETO", dijo en una conferencia con su homólogo griego, Nikos Kotzias, quien esta en Turquía con una visita de trabajo.
Ankara exige a EEUU la extradición del imán opositor, que desde 1999 vive autoexiliado en Pensilvania.
El propio Gulen rechaza rotundamente su implicación en los sucesos del 15 de julio de 2016, propone establecer una comisión internacional para investigar la asonada e insinúa que el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se aprovechó de la situación para dar un golpe blando contra la Constitución.
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Decenas de miles de militares, policías, jueces, funcionarios y profesores fueron suspendidos, detenidos o están siendo investigados por presuntos vínculos con el movimiento gülenista.