"Debemos estar vigilantes para prevenir impactos no deseados [de las transnacionales], por lo cual es urgente que la comunidad internacional tome acciones al respecto", dijo la canciller ecuatoriana María Fernanda Espinosa en Ginebra.
"El camino es aún largo, pero tengo confianza de que durante esta semana de trabajo se tomen decisiones que deben constituir una solución efectiva a décadas de impunidad", dijo Espinosa en la inauguración de las sesiones.
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En su opinión, este tercer encuentro debe establecer unas bases para que en la cuarta sesión, o en las que sean necesarias, se logre el tratado vinculante.
"Las empresas transnacionales se han convertido en actores con un gran poder sobre la vida de las personas y las comunidades en todo el mundo", advirtió.
La ministra ecuatoriana recordó que hasta la fecha solo existen reglas no vinculantes que "no han resuelto ni remediado casos concretos de violaciones a los derechos humanos cometidos por empresas, permitiendo de esa manera que esos abusos hayan quedado en la impunidad".
Así también, trajo a colación la contaminación del delta del río Níger en 2009 por la petrolera Shell o los vertidos de crudo "sufridos por la selva amazónica ecuatoriana durante casi 30 años, hasta 1992, por la acción de la compañía Chevron-Texaco".
El periodo de sesiones se desarrolla en cumplimiento del mandato de la resolución 26/9 de Naciones Unidas suscrita el 26 de junio de 2014, un pronunciamiento impulsado por Ecuador junto con Sudáfrica.
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Ecuador preside este grupo intergubernamental que trabaja bajo el paraguas del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.