"Venezuela, de igual forma, le exige al imperio estadounidense respetar la institucionalidad venezolana, al tiempo que denuncia ante la comunidad internacional que tales agresiones están orientadas a generar nuevas tensiones internas, descarrilar el proceso de diálogo político", señaló la cancillería venezolana en un comunicado.
"Apoyamos una auditoría electoral completa por parte de entidades creíbles e internacionalmente reconocidas, y el establecimiento de un Consejo Nacional Electoral independiente", expresó Nauert.
Para el Gobierno venezolano, este discurso busca alentar a los sectores "más extremistas" para generar violencia.
La oposición y el Gobierno de Venezuela iniciaron un proceso de diálogo el 13 de septiembre en República Dominicana, donde se fijó un encuentro para el 27 del mismo mes, al cual la oposición decidió no acudir, alegando que las condiciones no estaban dadas para avanzar en las conversaciones.
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Tras el proceso electoral, la oposición adelantó que existía la posibilidad de retomar las conversaciones.
Sin embargo, el resultado de estos comicios, que contaron con el 61,14 por ciento de participación, y el cual favoreció al oficialismo con 18 de 23 gobernaciones, ha sido considerado como "sospechoso" por algunos sectores opositores, que exigen una auditoría total del proceso, demanda a la que se han sumado EEUU, y otros ocho países de la región.
El Gobierno de Nicolás maduro explicó que la auditoría se realizará de acuerdo con lo establecido por el CNE, y recordó que el sistema electoral del país caribeño se somete a auditorías antes, durante y después de cada elección.
La canciller venezolana reiteró que no cederá ante presiones, amenazas, ni sanciones y que hará uso de todas las herramientas diplomáticas disponibles para hacer respetar su soberanía y defender su independencia.
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