Linder lo dice en su nuevo libro "En la sombra durante años. Regreso del liberalismo político" que presentó a los periodistas.
"El problema de Crimea figura entre los últimos que podrían solucionarse en un día, por eso propuse congelarlo para conseguir avances en otros asuntos, no me refiero a la renuncia unilateral a las sanciones sin que se den pasos de encuentro, sino a dirigir una invitación a Rusia para que regrese al Grupo, probablemente en el formato intermedio de 7+1", escribe el político.
Según Lindner, las nuevas sanciones que EEUU impuso a Rusia fueron dictadas por su interés económico y energético, mientras Alemania y la UE están interesadas en normalizar las relaciones con Moscú.
"Estoy convencido de que la distensión en las relaciones entre Rusia y Occidente responde, en primer lugar, a los intereses de Alemania y la UE, porque estamos en un mismo continente, la política de sanciones aplicada por el Congreso de EEUU este año me sugiere la necesidad de promover la iniciativa de reanudar la cooperación con Rusia", dice el líder de los liberales alemanes.
El formato del G8 existió desde 1998, pero se redujo hasta el G7 en 2014, después de los acontecimientos en Crimea, por los que los miembros del Grupo tomaron la decisión de no ir a la cumbre ordinaria que tenía que celebrarse en Sochi (ciudad rusa del mar Negro) y se reunieron en Bruselas en ausencia de Rusia.
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Moscú declaró entonces que no haría nada para regresar al G8.