"Si se llega a un acuerdo de paz pueden encontrarse soluciones que no requieran evacuar los asentamientos", dijo Gabbay esta semana en una entrevista con el Canal 2 de la televisión israelí.
Sus declaraciones no han provocado muchas críticas abiertas que podrían ahondar la debilidad que arrastra el partido desde hace años, pero sí una innegable sorpresa en el llamado "campo político de la paz" que abarca el partido laborista, formaciones de centro e izquierda.
"Si se llega a un acuerdo de paz, ¿por qué deberíamos evacuar? Pienso que la forma de pensar a la que nos hemos acostumbrado de que si hay paz deberemos desalojar los asentamientos, ya no es válida actualmente", agregó Gabbay.
"Estoy sorprendido por estas declaraciones de una persona elegida para ser el líder del grupo político que desea lograr la paz", lamentó Zuheir Balul, diputado de la Unión Sionista, una coalición formada por los laboristas y otros partidos de centro y centro-izquierda para hacer contrapeso al Likud, formación del primer ministro Benjamin Netanyahu.
Según algunos analistas, Gabbay podría estar actuando así para ganar votos entre los partidarios de la derecha ya que el partido laborista ha perdido peso político de forma dramática en los últimos años.
Para la diputada Tzipi Livni, líder del partido centrista Hatnua, las declaraciones de Gabbay son opiniones personales y no representan en ningún caso a la Unión Sionista.
Ante la reacción generada por sus declaraciones Gabbay envió un mensaje a todos sus aliados políticos subrayando "su compromiso con la paz y con la solución de dos Estados", uno israelí y otro palestino y garantizando que ahora no era el momento de "trazar las fronteras para futuras negociaciones o para la resolución del conflicto".
"Tenemos que separarnos de los palestinos y tenemos que evacuar las colonias, aunque nos duela", le respondió el diputado Najman Shai.
Para la diputada de la Unión Sionista Ksenia Svetlova, Israel "debe preservar cuidadosamente solamente lo que puede preservar porque si no corre el riesgo de perderlo todo".
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En este momento más de 350.000 colonos israelíes viven en asentamientos de Cisjordania a los que se suman más de 200.000 que residen en Jerusalén-Este. Para la comunidad internacional estos asentamientos son ilegales y representan el mayor obstáculo para alcanzar en el futuro un acuerdo de paz.