"De hecho, seguiremos siendo un país laico, aunque, claro, existen la adherencia mayoritaria a una religión concreta y un cierto conservadurismo", dijo el embajador.
Sin embargo, comentó que a lo largo de la historia de Turquía el laicismo se ha percibido de manera diferente.
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El diplomático recordó que Turquía es un país democrático y el derecho a elegir la religión es inalienable para una democracia, por tanto, es el ciudadano quien decide qué religión profesar.