El politólogo Robert Farley analiza en The National Interest las implicaciones de un posible enfrentamiento entre EEUU y el país oriental.
Los mismos críticos defienden que mientras el régimen vigente de Teherán exista, Irán "seguirá intentando minar la estabilidad y el orden en Oriente Medio" abierta o clandestinamente "independientemente de lo limitado que esté por acuerdos bilaterales y multilaterales", escribe Farley.
Pero al mismo tiempo, incluso los arduos oponentes de Teherán apenas llaman a una campaña militar que "promete pocos éxitos" y garantiza ser muy costosa. ¿Qué se juega Estados Unidos en una posible guerra contra el país persa?
Invadir Irán
"Una forma de cambiar de régimen sí sería conseguir invadir Irán y dictarle los términos y condiciones", reconoce Farley.
Los estadounidenses podrían también irrumpir en Irán por medios anfibios, pero eso "dejaría a las fuerzas estadounidenses en una posición muy vulnerable" frente al arsenal de misiles balísticos de Teherán.
La 'asfixia' por las sanciones
"Una de las principales críticas al acuerdo nuclear con Irán de los partidarios de un cambio de Gobierno es el argumento de que el régimen de sanciones instaurado por Estados Unidos podría haber conducido, con el tiempo, al colapso de la República Islámica. Ese ahogamiento habría generado el descontento popular suficiente y necesario", explica Farley.
Estados Unidos podría inducir a ese colapso, así, mediante una política de estrangulación no solo militar, sino también económica.
Sin embargo, esos ataques pondrían en tela de juicio la política exterior y el Derecho internacional, alerta Farley. "EEUU podría defenderse diciendo que la infraestructura que hace posible la economía de Irán representa una amenaza legítima […] pero les sería difícil vender eso [a la comunidad internacional], especialmente por las bajas civiles".
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Paralelamente, EEUU podría financiar, armar y entrenar a la oposición interna del país persa, incluidos los combatientes reclutados en Kurdistán, teoriza el autor.
La respuesta de Irán
"Sin embargo, lo más probable es que Irán simplemente esperase bajo la lógica de que la opinión internacional en contra de la campaña de Estados Unidos [contra ellos] acabase con su beligerancia", reflexiona.
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"La simpatía de la comunidad internacional hacia Irán ante este panorama no haría más que aumentar con el tiempo, un hecho que los líderes iraníes, seguramente, ya están tanteando", concluye.