"El razonamiento de la gerencia militar turca es comprensible: en la actualidad la mayor parte del sistema de defensa antiaérea de Turquía es representada por los sistemas obsoletos de largo alcance Nike-Hercules. Estados Unidos no ha suministrado ningún sistema [de este tipo] nuevo. Al parecer no tienen mucha fe [en los turcos]", considera el entrevistado.
"Es la soberanía técnico-militar la que es condición clave para la soberanía política, la que desata las manos para que el país pueda realizar una política exterior activa", opina Sivkov.
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"En este caso, esto significa que Turquía no planea seguir estrictamente el rumbo estadounidense en política exterior. Ya no habrá un cumplimiento incondicional de las decisiones de la OTAN, como solía pasar en años anteriores. Washington lo entiende y esta es la causa de su descontento con la compra de nuestros sistemas S-400", concluyó el especialista.
La representante permanente de EEUU ante la OTAN, Kay Bailey Hutchison, ya había declarado que la decisión otomana de adquirir los sistemas rusos S-400 Triumf le preocupa a la Alianza. Según asevera la alta funcionaria, Washington desea seguir cooperando con Ankara.
A mediados de septiembre se dio a conocer que Ankara y Moscú habían acordado la compra-venta de los sistemas antiaéreos S-400. Está previsto que los suministros empiecen dentro del período de dos años.