Los refuerzos, desplegados a partir de la noche del 12 de octubre, se suman a decenas de miles de peshmerga y agentes de seguridad kurdos ya emplazados en Kirkuk y sus alrededores.
"Hay amenazas por parte del ejército iraquí que ha desplegado fuerzas cerca de Kirkuk, supuestamente para atacar. Pero no creo que les resulte fácil hacerlo", dijo a este medio Rasul, un jefe veterano de los peshmerga.
Al mismo tiempo, Rasul afirmó que Erbil no quiere provocar un conflicto con Bagdad.
"No queremos la guerra, y buscamos resolver los problemas a través del diálogo", dijo el vicepresidente que dirige algunas formaciones peshmerga en la autonomía.
El pasado 27 de septiembre, dos días después del referéndum independentista kurdo que se celebró tanto en la región autónoma como en varias áreas disputadas, incluida Kirkuk, el Parlamento de Irak autorizó al primer ministro del país, Haider Abadi, a enviar tropas a esta provincia del norte, rica en petróleo y controlada desde 2014 por los peshmerga.
Sin embargo, Al Abadi aseguró que Bagdad no piensa utilizar el ejército contra los kurdos en medio de rumores de que las fuerzas gubernamentales y las Unidades de Movilización Popular (PMU, coalición de milicias mayormente chiíes) están preparando un ataque contra el Kurdistán.