El ministro de Finanzas, Carlos De la Torre, explicó el 12 de octubre en un diálogo con la prensa que "los ingresos brutos globales que se espera por la aplicación de todas estas acciones estarían alcanzado los 1.900 millones de dólares" a lo se deberá restar "lo que se entregaría a ciertos actores como incentivos: [alrededor de] 300 millones de dólares".
Además, indicó que con "el impulso" que darán estas medidas "se podría generar 16.000 empleos nuevos cada año" fijando como objetivo la generación de trabajo a través de "las micro, pequeñas y medianas empresas, que son las mayores generadoras de empleo".
De la Torre aclaró también que no se modificará el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD), que grava la salida de capitales del país y que los empresarios pidieron revisar.
"El ISD es un elemento fundamental en el cual no se puede hacer nada", sentenció el funcionario al explicar que uno de los objetivos fundamentales del Gobierno es "defender y fortalecer la dolarización" y que para ello es necesario mantener el dinero en el país.
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Para el ministro, uno de los riesgos que provocaría la eliminación de ese impuesto es que habría "muchas expectativas" que generarían la salida de capitales del país "y esa salida provocaría que la dolarización pueda colapsar o verse seriamente afectada".
"No podemos incidir en contra de los objetivos que nosotros mismos nos estamos planteando", apuntó De la Torre.
El pasado 11 de octubre, Moreno difundió las medidas económicas que adoptará para mejorar la situación nacional y señaló que no se incrementarán los precios de la gasolina, el gas, el diésel, la electricidad ni tampoco se subirá el IVA (Impuesto al Valor Agregado).
También indicó que los nuevos emprendedores no pagarán Impuesto a la Renta durante los dos primeros años de creada su empresa y que a las empresas que facturan más de 300 mil dólares se les devolverá progresivamente el impuesto mínimo del anticipo del Impuesto a la Renta.
Pero además advirtió que hará llegar al parlamento una ley que incentive la repatriación de capitales, pues "no tiene sentido que el dinero de los ecuatorianos financie el desarrollo de otros países".
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La economía de Ecuador tiene un Producto Interno Bruto valorado en alrededor de 100.000 millones de dólares y se prevé que este año su déficit fiscal termine en 4,7% del Producto Interno Bruto.
