En una entrevista con Sputnik, Jenkins calificó el actual conflicto diplomático que viven EEUU y Turquía tras el arresto de un trabajador del Consulado de EEUU en Estambul como la mayor crisis entre ambos países desde la intervención turca en Chipre, en el año 1974.
"Lo que ocurre actualmente —el cese de la expedición de visados turísticos y de negocios— conllevará consecuencias tanto positivas como potencialmente negativas para Rusia", enfatizó.
Según Jenkins, el efecto positivo estaría vinculado con el hecho de que cuando las relaciones entre Turquía y EEUU empeoren es probable que Ankara se aproxime a Moscú y se muestre más propensa a apoyar su política.
El efecto negativo para Rusia consiste en que la crisis diplomática podría afectar a sus logros en Siria.
"Él [Erdogan] estaba en contra del referéndum que se celebró recientemente en el Kurdistán iraquí, amenazó con hacer muchas cosas, pero no hizo nada. Por lo menos por ahora. Pienso que existe la posibilidad de que Erdogan trate de actuar muy duramente en Siria —país árabe con zonas pobladas por kurdos—, algo que no entra dentro de los intereses de Rusia", dijo.
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Recientemente, las autoridades turcas detuvieron al trabajador del Consulado de EEUU en Estambul Metin Topuz por presuntamente mantener vínculos con el teólogo Fetullá Gulen, quien actualmente vive en EEUU. Además, acusan a Topuz de violar la Constitución y de espiar e intentar perturbar el orden constitucional y del Gobierno de Turquía.