Ahora los exportadores rusos de aceite de girasol sin refinar, maíz, guisantes secos, arroz crudo, harina de girasol y trigo duro tendrán que certificar adicionalmente las facturas para entrar en el mercado turco.
El jefe del departamento agregó que las nuevas restricciones de Turquía imponen aranceles burocráticos a los productores rusos.
"Hacíamos todo para liberar las tensiones y este año planeábamos eliminar por completo las restricciones. Si la parte turca presenta nuevos obstáculos, vamos a tomar medidas acordes. Nadie va a poner la otra mejilla", aclaró Tkachov.
"No contamos con esto, al contrario, necesitamos simplificar el régimen aduanero, así que, si este es el caso, responderemos adecuadamente a las mismas importaciones [turcas] de verduras, cítricos, mandarinas y naranjas. Esto lleva solo a la agudización de las restricciones y no a su simplificación", apuntó el ministro.
Las relaciones entre Moscú y Ankara se agravaron en noviembre de 2015, después de que un caza otomano derribase un bombardero Su-24 ruso que operaba en Siria. Desde entonces, Rusia y Turquía intercambiaron una serie de restricciones económicas, la mayor parte de las cuales afectó al intercambio de productos agrícolas. No obstante, con la normalización de las relaciones, esas restricciones venían siendo levantadas paulatinamente.