Según los portavoces de las seis familias residentes en el lugar, la demolición se llevó a cabo "por sorpresa y sin ninguna consideración hacia los habitantes".
"Las demoliciones no nos asustan y volveremos a construir nuestras casas", declaró Aziz Al Turi, uno de los residentes en la aldea.
La Justicia israelí determinó el mes pasado que los residentes de Al Araquib debían entregar al Estado más de 70.000 dólares para pagar los gastos generados por las últimas demoliciones y otros 27.000 dólares en concepto de gastos de abogados.
Al Araquib es una de las 35 aldeas beduinas no reconocidas por el Estado de Israel. Según la Asociación para los derechos civiles en Israel (ACRI, según sus siglas en inglés) más de la mitad de los 160.000 beduinos de la región del Neguev, instalados en la zona tras la creación del Estado de Israel en 1948, no son reconocidos y viven bajo la amenaza permanente de que sus casas sean derribadas.