Los militares rusos bautizaron al Tu-160 como el 'cisne blanco', mientras que la OTAN lo llama 'cachiporra'.
El alcance de estos misiles llega a los 3.500 kilómetros, lo que significa que no tiene que entrar en la zona de alcance de sistemas de defensa antiaérea enemigos para atacar sus instalaciones.
Aparte de esto, el avión utiliza la geometría variable de sus alas para volar a distancias de más de 13.950 kilómetros y alcanzar velocidades de hasta 2.200 kilómetros por hora.
Este mismo año, el ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, anunció haber reemprendido la producción de estos bombarderos. El primero estará operativo en 2019. En total, Rusia planea producir hasta 50 bombarderos modernizados.
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