Pese a la suspensión cautelar del Tribunal Constitucional de España, Cataluña llevó a cabo la consulta. El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, uno de los principales promotores del referéndum afirmó que "el 1 de octubre trataba de democracia ante las porras, las balas de gomas y la violencia injustificada que ha ordenado el Gobierno español a los cuerpos policiales".
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Ante el cierre de gran cantidad de colegios electorales por parte de las autoridades españolas, el Govern dispuso que los catalanes pudieran votar en cualquier colegio electoral durante el referéndum, según anunció un portavoz de las autoridades locales.
Por su parte, el primer secretario del Partido Socialista catalán, Miquel Iceta, durante la jornada exigió el cese de la violencia ante lo que definió como "simulacro de votación" y demandó que Rajoy y Puigdemont dialogasen o dimitiese.
Entretanto, el gobernante Partido Popular de España reaccionó de inmediato a esta propuesta. El presidente del PP en Cataluña, Xavier García Albiol, ha calificado de "irresponsable" la actitud del gobierno de la Generalitat tras ver "el espectáculo en las calles de Cataluña".
Y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, exigió por su parte a la Generalitat que "cese en su irresponsabilidad" y en su "senda de irracionalidad" y no continúe con la "farsa" de un referéndum que, según ha afirmado, no se ha producido.