Hall, nacido en 1945, Rosbash (1944) y Young (1949) son científicos estadounidenses.
Utilizando las moscas de la fruta como organismo modelo, estos investigadores aislaron un gen que controla el ritmo biológico diario normal y demostraron que aquel codifica una proteína que se acumula en la célula durante la noche, y luego se degrada durante el día.
Posteriormente, identificaron componentes proteicos adicionales, exponiendo el mecanismo que controla el "reloj autosostenible" dentro de la célula.
Ahora sabemos que el funcionamiento de los relojes biológicos en las células de otros organismos multicelulares, incluyendo seres humanos, se rige por los mismos principios.
Nuestro reloj interno adapta nuestra fisiología a fases radicalmente diferentes del día y regula las funciones críticas, tales como el comportamiento, los niveles hormonales, el sueño, la temperatura corporal y el metabolismo.
Un desajuste entre este reloj biológico y el entorno altera nuestro bienestar, por ejemplo cuando viajamos a través de varias zonas horarias y experimentamos el desfase horario.
Este año, cada Premio Nobel está dotado con nueve millones de coronas suecas (un millón de dólares).