Recientemente, la agencia surcoreana Yonhap, citando al Servicio de Inteligencia Nacional, informó de que tras la aproximación de los aviones estadounidenses, Pyongyang decidió reforzar la seguridad de sus fronteras orientales.
Bombarderos estadounidenses B-1 Lancer, escoltados por aviones de combate, sobrevolaron el espacio aéreo internacional sobre las aguas situadas al este de Corea del Norte como muestra de fuerza, comunicó el Pentágono, que remarcó que la acción era una de las opciones que se pusieron sobre la mesa de Donald Trump.
"Este es el punto más al norte y más alejado de la zona desmilitarizada que ningún bombardero estadounidense haya sobrevolado jamás sobre la costa de Corea del Norte en el siglo XXI. [Con esta acción se busca] Subrayar la seriedad con la que tratamos la conducta imprudente [de Pyongyang]", dijo la portavoz del Pentágono, Dana White.
Washington tomó esta decisión tras el sismo que sacudió Corea del Norte un día antes. Se cree que el terremoto estuvo vinculado con pruebas nucleares realizadas por Pyongyang.
Anteriormente, el ministro de Exteriores de Corea del Norte, Ri Yong Ho, declaró que Pyongyang "tiene el derecho de tomar represalias con relación a EEUU, así como derribar aviones que vuelan fuera de las fronteras del país asiático, dado que Donald Trump ha declarado la guerra a Corea del Norte".
Lea más: Kim promete "domar con fuego al demente estadounidense"