Este año, por primera vez en la historia moderna de Rusia, las mujeres que sueñan con convertirse en pilotos militares de élite para las Fuerzas Aeroespaciales podrán ingresar en la Academia de la Aviación.
Daria Zhuravel, una esbelta rusa de 18 años, sueña con aviones militares y para ella inscribirse en una universidad militar es una decisión trascendental, tomada desde hace mucho tiempo.
"Siempre me sentí inspirada por las hazañas de las 'Brujas de la Noche', sobre las cuales escuchaba en las clases de historia. Además, el heroísmo de mi abuelo, que sirvió en las Fuerzas Aéreas, solo incrementó mi deseo", afirma Zhuravel.
Elena Shmidt, otra solicitante, ve como una aventura la posibilidad de manejar una de estas potentes aeronaves.
"Por un lado es muy prestigioso, interesante y requiere mucha responsabilidad. No me gusta un trabajo aburrido. Me atraen las dificultades, porque es necesario pensar y tomar decisiones responsables", señala Shmidt.
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Por su parte, otra de las participantes, Anzhelika Dil, admite que ha querido convertirse en piloto desde que era niña. "Siento que tengo un deber ante mi patria, quiero hacer algo útil para mi país, poder defenderla en caso de necesidad", sostiene de manera sonriente.
"Optar por la profesión de un piloto militar, una cosa que no tiene todo el mundo. Y el hecho de que eligieran este camino y estén dispuestas a pasar todas las pruebas, solo puede despertar celos… ¡Buen trabajo! Son chicas guapas e inteligentes. Les deseo todo el éxito", enfatizó Valentina Tereshkova, pionera cosmonauta rusa y una de los miembros del cuerpo de Admisiones.
La cantidad de jóvenes que se matricularon superó todas las expectativas: por cada plaza habilitada se presentó un promedio de 10 aspirantes.
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