"La gente se está juntando en grupos pequeños para ver cómo puede ayudar, dónde llevar cosas; en nuestro caso vamos a los centros de acopio para que ahí nos digan dónde llevar los víveres que se están necesitando", explicó Abascal, quien se encuentra en el distrito Cuauhtémoc, en el norte de la capital mexicana, aunque aclaró que en el sur la situación era más grave.
"Unos amigos han perdido todo, hemos intentado rescatar algunas de sus cosas, pero cuando entramos al edificio fue impresionante: su departamento estaba destrozado, sufrió daños estructurales, parecía de película porque estaba todo tirado y las paredes caídas", explicó Abascal, un artista visual de 37 años.
Abascal también destacó que son muchos los que han abierto sus casas para dejar que personas afectadas por el sismo pasen la noche o puedan dejar sus pertenencias.
El sismo ocurrió un par de horas después de que el Gobierno mexicano conmemorara con un macro simulacro nacional el 32 aniversario del más mortífero sismo de la Ciudad de México, que el 19 de septiembre de 1985 dejó unas 20.000 personas fallecidas y unos 4.000 edificios derrumbados.