Si los éxitos en la exportación de alimentos se han convertido en algo rutinario ya, la exportación de ropa y calzado de Rusia, que hasta hace poco parecía imposible, está por delante de las previsiones más optimistas, informa el periódico Vzglyad.
El primer lugar en las exportaciones lo ocupan los cereales, con un 37%, de los cuales el trigo representa casi un 28%, a cuyo crecimiento ayuda también una cosecha récord; en segundo lugar en exportaciones de alimentos están el pescado y los productos de la pesca, que suponen casi el 20%; y en tercera plaza, los aceites vegetales, con un 15%. Además, las exportaciones de azúcar ruso aumentaron este año 66 veces. El éxito en el sector azucarero se debe al impuesto de importación introducido en 2004, que permitió a los productores locales invertir en la modernización del procesamiento de la remolacha azucarera.
En cuanto a la exportación de metales preciosos, tampoco hay nada sorprendente. Ya en 2015, Rusia se convirtió en el líder entre los mineros de diamantes del mundo. En lo que se refiere al oro, también se encuentra entre los tres primeros.
"El procesamiento de joyas siempre ha estado en Rusia a un nivel alto, y ahora este proceso está ganando impulso a costa de nuevos mercados en Occidente debido a la baja tasa del rublo", dijo Alexéi Mijéyev, presidente del Centro para el Desarrollo de Negocios Innovadores.
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Un especial interés lo representa el crecimiento de la exportación en el sector textil, ropa y zapatos. Ya en 2016, la producción textil mostró un crecimiento del 4,2% en el país eslavo. Se han empezado a producir más prendas de vestir, la industria del cuero se ha vuelto extremadamente competitiva y también crece la producción de calzado, en general un 6% en 2016.
Desempeñaron también un papel importante los subsidios. En 2016, el Estado asignó 2.500 millones de rublos —unos 43 millones de dólares—, que fueron utilizados por 100 empresas de la industria ligera. Este año se destinarán 3.000 millones de rublos —cerca de 51 millones de dólares—. La caída del rublo ha hecho que el costo de la costura sea menor que en China, y la compra de tejidos importados se ha vuelto menos rentable que la organización de la producción de estos tejidos en Rusia.
"La exportación de ropa está creciendo no solo en los países de la CEI, sino también en el extranjero. Y sorprendentemente, no es tanto que los europeos comenzaran a comprar más ropa rusa, sino más bien un aumento en las exportaciones a China", expresa el analista Kiril Yakovenko. La cuestión es simple: los precios en el mercado ruso cayeron por debajo del nivel del mercado chino, lo que llevó a una situación en la que "los hombres de negocios chinos compran ropa en Rusia con el propósito de revenderla", prosigue Yakovenko.
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En general, se observa un crecimiento desigual de las exportaciones no primarias. En lo relativo a la exportación de maquinaria y equipo, la situación está lejos de ser ideal, pero, por primera vez en varios años, sus resultados agradaron a la industria automovilística: en la primera mitad del 2017, 24.000 vehículos fueron exportados, un 61% más que en 2016.