El hecho ha sido posible después que el movimiento islamista Hamás aceptara devolver el poder en Gaza a la ANP —o sea, disolver el llamado comité administrativo—, retomar el diálogo con el movimiento político de Abás, Al Fatah, y prepararse a participar en las elecciones palestinas.
"Aplaudo la decisión de Hamás, la próxima semana nuestro gobierno partirá a la Franja de Gaza para asumir los poderes e iniciar el trabajo", dijo Abás al intervenir ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
Desde entonces, Gaza y Cisjordania funcionan casi como dos entidades paralelas.
Esta división palestina ha impedido la celebración de elecciones generales y aleja aún más la perspectiva de una resolución del conflicto con Israel.
Desde hace diez años, Gaza sufre un severo bloqueo por parte de Israel, que considera a Hamás un grupo terrorista: la franja ha sido escenario de tres guerras con Israel y la miseria y el aislamiento castigan a sus dos millones de habitantes.
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Hamás anunció que disolvía un polémico comité creado hace unos meses, que era visto por Abás como una especie de Gobierno paralelo, y manifestó su deseo de reanudar un proceso de reconciliación con el Gobierno palestino de cara a organizar elecciones.