"Queremos ir adonde la ayuda del Gobierno no llega o llega muy tarde", dijo Laura, madre de dos niños alumnas del colegio Montessori de Puebla, a 90 kilómetros al sur de la capital del país.
"Una mamá de nuestro grupo de la clase, conectado por WhatsApp, nos convocó para ir a (la localidad de) Atlixco, que quedó muy destruida, y desde allí partir a los pueblos de las faldas del volcán Popocatépetl, donde no llega la ayuda", relató.
"Algunas recolectamos casa por casa los víveres; no podemos ir todas y podemos estorbar, otras están llevando ahora mismo la ayuda", añadió.
El sentimiento de la vulnerabilidad de sus hijas se resume en la imagen de una escuela capitalina de la zona de Coapa, que se derrumbó causando la muerte de 22 personas, la gran mayoría niños, así como algunas maestras, quienes fallecieron bajo los escombros.
La solidaridad ciudadana independiente es una característica de la sociedad mexicana ante las 30 grandes tragedias de terremotos, huracanes, inundaciones y deslaves que —según datos del presidente Enrique Peña Nieto— el país sufre anualmente.
"La solidaridad estaba latente, adormecida, pero sale espontáneamente en estos momentos ante la emergencia, resurge un ánimo colectivo que no se vive a diario", relató la maestra universitaria del colegio de clase media.
"Cuando se necesita los mexicanos ayudamos todos", dijo Laura al tiempo que celebró que hay empresas que se han sumado al apoyo ciudadano.
Una compañía cervecera ofreció 40 camiones de reparto para transportar comida, ropa, cobijas y medicinas, mencionó como ejemplo.
En la Ciudad de Puebla han sido reportadas más de 40 personas muertas y el derrumbe de una escuela donde murió una madre y una alumna en el Centro Histórico, de edificios coloniales muchos de ellos templos de la época colonial (siglos XVI y XVII), que es un patrimonio cultural de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
El plan es entregar la ayuda al Hospital San Alejandro y el Hospital del Niño Poblano, dijo la madre.
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La lista es precisa: urge jamón, mayonesa, queso, sándwiches preparados, leche en polvo, sopa de pasta, azúcar, galletas, café soluble, atún, verduras enlatadas, agua embotellada, desinfectante de agua, y maíz.
"Debemos estar unidos, ayudar a los más necesitados, y la gente de las comunidades que viven en las faldas del volcán Popocatépetl, que no han recibido mucha atención", aseguró.
Sin embargo, los damnificados por los miles de casas y edificios dañados en esos estados son decenas de miles que decidieron pasar la noche en las calles, por el miedo a las réplicas.
El terremoto ocurrió el 19 de septiembre por la tarde, un par de horas después de que el Gobierno mexicano conmemorara con un macro simulacro nacional el 32 aniversario del más mortífero sismo de la Ciudad de México, que el 19 de septiembre de 1985 dejó unas 20.000 personas fallecidas y unos 4.000 edificios derrumbados.