La monografía fue preparada con el apoyo y la participación financiera de la División de Planificación Estratégica y Política del Departamento de Defensa.
El estudio se basa en la premisa de que Estados Unidos está perdiendo peso en cuatro posiciones clave: su participación en la economía mundial está disminuyendo; pierde su superioridad en la esfera militar y su influencia en las instituciones políticas internacionales; además, disminuye el atractivo global de la cultura estadounidense.
Según la monografía, el peligro proviene no solo de competidores potenciales, como Rusia y China, sino también de potencias regionales como Corea del Norte e Irán. Incluso su aliado constante, la Unión Europea, también corre el riesgo de ser cada vez más independiente de Estados Unidos.
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"Esto es especialmente preocupante a la luz del imperativo de adaptarse a las circunstancias post-primacía. Si bien EEUU puede seguir siendo el actor internacional más importante en el sistema estatal, ya no puede contar con la inatacable posición de dominio, supremacía o preeminencia que disfrutó durante más de 20 años después de la caída de la Unión Soviética. (…) Es un toque de atención", reza el informe.
Los analistas ofrecen medidas simples, pero bastante peligrosas, para mejorar la situación. En particular, una vigilancia más cuidadosa, incremento de la inversión en la difusión de la "visión americana de las cosas" y la expansión del aparato militar, entre otras.