Notificaciones, etiquetas, menciones, vídeos en vivo, publicaciones, selfis… hasta hace no tanto tiempo, cuando un teléfono móvil solo servía para realizar llamadas, estas palabras no tenían el mismo significado que cobraron con el desarrollo de internet. Hoy, la masificación de los dispositivos inteligentes ha modificado profundamente a la sociedad, al punto de crear una nueva adicción.
En esta clínica se busca que el paciente pueda "vivir el resto de su vida sin depender de ninguna sustancia ni de ninguna conducta adictiva". Esto incluye la conexión a internet. No es un camino fácil. Al principio, el tratamiento es "muy estricto" y, dependiendo de la evolución de cada paciente, gradualmente se van incorporando cosas.
El patrón de tratamiento es básicamente el mismo que se utiliza en otro tipo de adicciones y hasta el momento se están obteniendo "buenos resultados" con el abordaje.
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"Pueden pasar de tres a cinco años hasta que esa persona tenga una vida normalizada, haya cambiado su forma de vivir y ver las cosas y [su adicción] ya no forme parte de su vida. Entonces es que se considera que está totalmente recuperado", dijo Simal.
Desde que se inicia el tratamiento hasta que se le permite tener un teléfono con conexión a internet puede pasar bastante tiempo. Lidiar con la adicción a internet en pleno apogeo de la sociedad de la información se hace cuesta arriba cuando la conexión a la red está presente en todos los ámbitos de la vida.
Las pizzas y hamburguesas son tan adictivas como la cocaína https://t.co/d3Zc5DGK1C pic.twitter.com/3jAVfsUsdi
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 9 de septiembre de 2016
"Por ejemplo, sucede algo parecido la anorexia. La comida es necesaria para vivir y tú tienes que comer. Internet también está ahí, vas a tener que vivir con internet, vas a tener que conectarte por el trabajo y los estudios, pero tienes que cambiar tu manera de actuar y relacionarte con ese medio", ilustró la terapeuta.
En el contexto actual, las personas cada vez se relacionan menos. Los niños "ya no salen al parque a jugar" y utilizan más las computadoras y los dispositivos móviles para acceder a las redes sociales como nueva vía de interacción. Esta metamorfosis que vive la sociedad genera "nuevas adicciones".
"Detrás de un problema de adicción a las redes sociales suele haber un problema conductual, que esa persona se encierre en sí mismo", explicó la experta. Al aislamiento se le suma "la necesidad de agradar". Este "postureo" surge del deseo de aprobación y se canaliza de manera "muy fácil a través de todas las redes sociales".
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Sin embargo, es importante entender la naturaleza de la adicción. En este tipo de patologías "nadie es culpable". Según Simal, "es como el que desarrolla un cáncer o la diabetes". En muchos casos "hay un fondo genético y un fondo social que se une". La adicción "no entiende de clases ni de edades, con lo cual no hay culpables".
Adictos a las #cirugías: un raro trastorno que afecta al 2% de la población https://t.co/brPEl6FQbe pic.twitter.com/tU9CzfwcJb
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Hay ciertas prácticas que convienen para no fomentar la adicción en los pequeños. Una medida acertada es restringir el uso de los dispositivos con conexión en los niños pequeños y que en lo posible lo hagan en un lugar de la habitación donde se los pueda controlar.