Por primera vez, en estas maniobras se usarán barcos de rescate equipados con aparatos para operar en aguas profundas. En los ejercicios también participarán dos submarinos de la Flota del Pacífico rusa y aviones y helicópteros antisubmarinos, afirma el experto.
Según vaticina Kashin, la misión de las maniobras ruso-chinas podría consistir en hallar y rescatar dos sumergibles. Gracias a estos ejercicios sería posible realizar en el futuro una operación de rescate conjunta si un submarino ruso o chino se ve en apuros.
Paralelamente, militares de ambos países intercambiarán experiencias en la lucha antisubmarina, lo que en opinión de Kashin "es especialmente interesante para Pekín".
Además, en las maniobras participará el gran buque antisubmarino Almirante Tributs, del proyecto 1155, y el buque portamisiles R-11. Pekín, por su parte, hará gala de su moderno buque Shijiazhuang, del proyecto 051C, dotado con el sistema ruso de misiles S-300FM, y la fragata Daqing, del proyecto 054A.
"El papel especial que se le da a la guerra submarina en los ejercicios ruso-chinos se debe a un mayor grado de confianza entre los dos países en el plano militar, y a la disposición de intercambiar información sobre cuestiones delicadas", matizó Kashin.
Según Kashin, podría inferirse que la colaboración entre Moscú y Pekín aspira a llegar al mismo nivel de confianza.
La segunda fase de las maniobras Cooperación Naval 2017 se desarrollará en la ciudad de Vladivostok del 18 al 26 de septiembre e incluirá cuatro días de actividades en la costa —reuniones, recepciones oficiales, eventos deportivos y culturales— y cinco días de entrenamiento en el mar del Japón —mar del Este— y la parte sur del mar de Ojotsk, donde las tripulaciones se ejercitarán en tareas de comunicación y operaciones de rescate.
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