Según el presidente del banco central de Irán, Valiollá Seif, la empresa de inversiones estatal china CITIC abrió una línea de crédito en euros y yuanes para que varios bancos iraníes pudieran financiar proyectos desarrollados por Teherán en los campos de la energía, el transporte y otros proyectos de infraestructura.
Los créditos del país asiático forman parte del proyecto de la Nueva Ruta de la Seda ideado por Xi Jinping y que prevé la creación de una red global de transporte que una a China y Europa.
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Pekín es principal importador mundial de petróleo iraní y además absorbe una tercera parte de las exportaciones de Teherán.
Por ahora, los bancos occidentales se muestran precavidos a la hora de abordar este asunto, especialmente después de que Washington impusiera sanciones a Teherán, congelara activos del país persa y limitara sus transferencias financieras.
Gracias a las inversiones chinas, estas restricciones han pasado a ser inútiles. De hecho Pekín no es el único país que quiere invertir en la economía persa.
Austria, Dinamarca y Alemania también barajan esta posibilidad a medida que progresan las negociaciones entre sus bancos y Teherán sobre la apertura de una línea de crédito de 22.000 millones de dólares.
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