Un equipo internacional, compuesto de 32 científicos de 16 instituciones de EEUU, el Reino Unidos, Canadá y Australia, entre otros países, ha identificado las vulnerabilidades que tiene el cerebro humano que permite a este parásito alterar el curso de una enfermedad e incluso empeorarla.
Tras analizar los datos de 246 personas afectadas por toxoplasmosis, los investigadores demostraron que la T. gondii provoca cambios en las conexiones neurales, características de enfermedades como Alzheimer, Parkinson, epilepsia y varios tipos de cáncer.
Los especialistas estiman que la toxoplasmosis puede afectar hasta la mitad de la población mundial. En EEUU y Rusia, el 23% y 20% de la población, respectivamente, tiene esta enfermedad.
Tras anidar en el cerebro de los ratones, el parásito provoca la pérdida de miedo de los roedores a los gatos y los convierta en una presa fácil.
De esta forma, T. gondii se propaga entre las mascotas y puede transmitirse a sus dueños. En general, la toxoplasmosis no causa fuertes síntomas, pero las mujeres embarazadas pueden sufrir serias complicaciones.
La toxoplasmosis también suele ser asociada con una alteración en la conducta de las personas, que aumenta el afecto que sienten sus portadores hacia los felinos. No obstante, esta noción es altamente discutida por los científicos.