La jefa consistorial señala que "a pesar de que participe mucha gente en el referéndum", incluso más del 50% de la población catalana, "solo constituiría un mensaje político muy potente", sobre todo en la situación actual "con amenazas" a los dirigentes catalanes y la "judicialización de la política".
"Pero discrepo de que sea un referéndum", añadió la alcaldesa, "una cosa es que sea importante y otra cosa es que el resultado deba ser vinculante".
Para Colau, una altísima participación en la consulta "debería forzar la negociación política", por este motivo envió una carta, junto al presidente catalán Carles Puigdemont y la presidenta Carme Forcadell, al monarca Felipe VI.
En la misiva, remitida al Gobierno central y al rey Felipe VI este viernes, piden diálogo para buscar una salida a la cuestión catalana.
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Sin embargo, a pesar de esta decisión, Colau no se plantea que la inhabiliten.
Complim el nostre compromís: a Barcelona l'#1oct es podrà participar sense posar en risc institució ni servidors públics
— Ada Colau (@AdaColau) 14 de septiembre de 2017
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"No me he planteado la posibilidad de que me inhabiliten", afirmó la alcaldesa tras llegar a este acuerdo, eso sí "sin comprometer la institución ni a sus trabajadores públicos".