Chapman señaló que "no parece un explosivo de alta tecnología del EI, como el TAPT, el triperóxido de triacetona, y si lo fue, falló".
A juzgar por los testimonios de pasajeros que circulan en las redes sociales, la explosión de una bolsa en un vagón de metro en la estación Parsons Green dio origen a "una bola de fuego" y pánico que provocaron un número indeterminado de heridos.
Las autoridades enviaron a la escena equipos de emergencia, suspendieron el servicio de trenes entre las estaciones Earls Court y Wimbledon y están investigando el suceso como "un incidente relacionado con el terrorismo".
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El 7 de julio de 2005, las explosiones de bombas en varias estaciones del metro y en un autobús causaron 52 muertos y más de 700 heridos.