El robo en cadena fue anunciado por las autoridades del estado de Míchigan.
La Policía local informa que, en total, han sido sustraídos 60 automóviles. Tras la investigación, logró aclararse que los autos eran transportados al estado de Indiana y se vendían en subastas automovilísticas. El portal Detroit Free señala que los Volkswagen y Audi fueron registrados con documentos falsos. Esto permitía trasladarlos fuera del estado de Míchigan y venderlos sin obstáculos.
Uno de los concesionarios compró en una subasta 32 unidades a la vez. Estaban seguros de su origen legal. Cada carro fue adquirido a su vez a un proveedor de Míchigan por 11.000 dólares, pero sus precios en la subasta alcanzaron los 18.000 dólares.
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Actualmente, la Policía del estado de Indiana ya los ha retirado y ha recuperado los documentos de 22 coches robados.
De acuerdo con la Policía, el robo fue detectado por la propia empresa Volkswagen, cuando los códigos VIN de los vehículos recobrados volvieron a aparecer en las bases de datos y en los concesionarios de la marca.
Además, el fabricante iba a revender algunos de los Volkswagen y Audi una vez renovados los motores, algo permitido por las autoridades. Sin embargo, se descubrió que faltaban varios turismos de la lista de desguaces.
El escándalo llamado Dieselgate —una referencia al escándalo Watergate de la época del mandatario estadounidense Richard Nixon- se dio a conocer en septiembre de 2015, después de que la Agencia Estadounidense del Medio Ambiente (EPA, por sus siglas en inglés) pusiera de manifiesto que los automóviles fabricados por el Grupo Volkswagen emitían contaminantes de NOx que podían superar hasta 40 veces los límites permitidos por la ley.
Además, el gigante automovilístico alemán fue acusado de falsear los niveles de emisiones contaminantes en los controles técnicos a través de programas computarizados. La empresa pidió disculpas públicamente y prometió revisar todos los autos afectados.