El líder del Partido de los Trabajadores (PT) tuvo que responder a una acusación de corrupción pasiva y blanqueo de dinero por presuntamente haber recibido un terreno y un apartamento de la constructora Odebrecht como agradecimiento a los favores prestados dentro de la trama de la petrolera estatal Petrobras.
La de este miércoles era la segunda ocasión en que Lula se encontraba cara a cara con Moro, después del interrogatorio del pasado mes de mayo, referente a otra causa (relacionada con sobornos de la constructora OAS) por la que acabó condenado a nueve años y medio de cárcel.
En aquella ocasión la audiencia ante el juez se prolongó por alrededor de cinco horas, y después Lula se presentó ante sus seguidores, quienes se trasladaron hasta la ciudad de Curitiba (donde se centralizan las investigaciones de la Lava Jato) para expresarles su agradecimiento por el apoyo.
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Se espera que esta vez se repita ese mismo esquema y el líder izquierdista acuda en breve al centro de la ciudad, donde le esperan cientos de simpatizantes.