Las autoridades del Kurdistán iraquí anunciaron a comienzos de junio la decisión de celebrar un referéndum de independencia no vinculante el 25 de septiembre de este año, paso que ha sido criticado tanto por Bagdad como a nivel internacional, en particular por Estados Unidos, Turquía e Irán.
"El referéndum de independencia no es una ruptura definitiva, Bagdad seguirá siendo un socio estratégico para el Kurdistán", aseguró Dizayee.
"Lamentablemente, los dirigentes iraquíes enterraron una política interna unida: hasta 2003 existió una hoja de ruta para crear un nuevo Irak democrático y establecer una verdadera cooperación entre las distintas regiones del país, pero eso no ocurrió debido a las acciones de las últimas administraciones y las violaciones de la Constitución", señaló.
En estas condiciones, prosiguió, "el pueblo del Kurdistán se acoge a su derecho de autodeterminación".
El Parlamento de Irak votó este martes en contra del referéndum independentista kurdo.
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De acuerdo al presidente del Legislativo, Salim al Yaburi, el resultado de la votación "obliga al primer ministro (Haider al Abadi) a tomar todas las medidas para mantener la integridad territorial de Irak y entablar un diálogo serio para resolver los problemas de la relación entre Bagdad y esa región".