"Las sanciones contra Corea del Norte en realidad son inefectivas. El país es autosuficiente. Estados Unidos exige que se le corten los suministros de petróleo, pero Pyongyang va a tomar otro camino. Corea del Norte dispone de socios que cooperan con ellos de manera discreta", dijo el analista.
Además, el crecimiento económico de Corea del Norte en relación porcentual es superior al de la economía surcoreana, apunta el entrevistado. Como consecuencia, es de esperar que las sanciones no tengan mucho efecto sobre Corea del Norte.
"Corea del Norte superará estas sanciones, son como una 'picadura de mosquito' para el país", ironizó Andréi Manoilo.
El politólogo subraya que el aumento de la presión sobre Corea del Norte inevitablemente resultaría en la radicalización de la política de su Gobierno. El entrevistado vaticina que es posible que en el futuro Pyongyang empiece a vender su tecnología de misiles.
"Esto sería mucho más peligroso que las pruebas, con las que los norcoreanos amenazan a las bases estadounidenses en Guam. Un país acorralado se hace impredecible. Hay que hacer lo contrario, o sea posibilitar la cooperación entre Corea del Norte [y otros países], tratar de involucrarla en el funcionamiento de diferentes grupos y organizaciones", considera el especialista.
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El 11 de septiembre, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad una resolución que endurece las sanciones contra Corea del Norte en respuesta a su sexta prueba nuclear.
La resolución congela la exportación del crudo a Corea del Norte al nivel de los 12 meses anteriores, limita la venta de derivados del petróleo a dos millones de barriles anuales, embarga la exportación de gas natural licuado y comprimido, veta la importación de textiles provenientes de Corea del Norte y prohíbe nuevas contrataciones de mano de obra norcoreana.
Las nuevas sanciones se suman a las anteriores, del 5 de agosto, que incluían la prohibición de importar hierro, carbón, plomo y mariscos de Corea del Norte, aumentar el número de trabajadores norcoreanos empleados en otros países, lanzar nuevos proyectos conjuntos y ampliar los ya existentes.
La delegación de la nación juche criticó fuertemente ante la ONU la nueva resolución y la tachó de "arbitraria e ilegal".
