La mayoría de los grandes terremotos ocurren en zonas de contactos entre placas. El calor que está tratando de salir del centro de la tierra encuentra que la manera más fácil de hacerlo es por medio del movimiento de masas. Eso hace que se formen placas en la superficie y se muevan una con respecto a otras. Allí, en los bordes de esas placas es donde se generan los grandes sismos.
"México se encuentra en lo que se conoce como la Placa de Cocos [una placa tectónica debajo del océano Pacífico de la costa occidental de América Central]. Ésta se fractura a unos 70 kilómetros de profundidad y eso es lo que produce que haya un sismo de esta envergadura", dijo a Sputnik Barrientos.
Según el experto, una de las medidas preventivas que se deben tomar en territorios con peligro sísmico es establecer en los lugares de trabajo y los hogares cuáles son los sitios más seguros. Para eso hay que tener en cuenta dónde podemos dirigirnos para que nada nos caiga en la cabeza o el cuerpo.
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"Cada vez que se produce un terremoto importante que altera el estado de tensiones del medio circundante es de esperar que ocurran réplicas. En general los terremotos como el que acaba de ocurrir en México tienen un poco menos. De todos modos hay que esperar que evolucione la situación para saber. Se pueden producir algunas réplicas de menor grado que continúen por unos días más", concluyó el especialista.