La columnista Olga Gueróeva analiza las posibles consecuencias del 'poder bicéfalo' en Moldavia, en un artículo para Sputnik.
57 efectivos del Ejército Nacional Moldavo ya cruzaron la frontera con Ucrania y llegaron a una base militar en la región ucraniana de Leópolis. Allí, los militares moldavos participarán en las maniobras Rapid Trident 2017, que se celebrarán del 7 a 23 de septiembre, con el objetivo de entrenarse "para aumentar la capacidad de defensa del país".
"Obviamente, por ahora no es un golpe de Estado. Pero, sin duda, es una usurpación del poder presidencial. Es un intento, cabe señalar que bastante exitoso, del primer ministro de Moldavia —Pavel Filip— de dar órdenes a los militares, que pone ciertas cuestiones complicadas en la agenda del presidente moldavo. Antes, el Gobierno de Moldavia no había podido permitirse un comportamiento tan arbitrario", opina la autora del artículo.
La negativa de Moldavia a participar en las maniobras amenazaría con cortar la financiación de su Ejército por parte de Estados Unidos.
La columnista señaló que en Moldavia no hay ninguna ley con la que el Consejo de ministros pueda justificar su decisión de enviar militares moldavos a participar en estas maniobras. Esta es una competencia exclusiva del presidente del país y así lo marcan tanto la Constitución moldava como la Ley de Defensa Nacional, agregó.
"De ello se puede inferir que en Moldavia hubo un intento evidente del primer ministro de asumir las funciones del presidente. ¿Si no es una usurpación del poder, entonces qué es? Esto es precisamente lo que recriminó Dodon al Gobierno al recordar que la responsabilidad penal por la traición a los intereses nacionales no prescribe", destacó Gueróeva.
"Llegó el tiempo para el Ejército moldavo de decidir a quién va obedecer: al que gobierna de acuerdo con la Constitución o al que lo hace de acuerdo con la anarquía", concluyó la columnista.