El Gobierno de EEUU hace caso omiso al hecho de que el conflicto en la región coreana pueda provocar la guerra más sangrienta y despiadada, afirma el autor del artículo.
"Lo más peligroso es que Washington incite a responder no solo a estados 'pequeños', sino a potencias grandes que lo superan en algunas áreas, como Rusia y China", señala.
Rusia y China propusieron solucionar el problema coreano por vía diplomática, que prevé la suspensión simultánea del programa de armas nucleares y misiles de Corea del Norte y de los ejercicios militares conjuntos de Corea del Sur y EEUU. No obstante, Washington rechazó la propuesta.
El autor también recuerda las palabras del vicecanciller ruso, Serguéi Riabkov, que declaró que el despliegue del sistema THAAD en Corea del Sur cerca de las fronteras rusas podría obligar a Rusia a aplicar una respuesta militar.
"Si todo se desarrolla a ritmos alarmantes, se planteará inevitablemente la cuestión de una respuesta militar por nuestra parte", sostuvo.
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Es muy probable que las palabras de Riabkov encuentren resonancia en EEUU.
"Mañana la prensa occidental escribirá que los rusos supuestamente declararon la guerra a los estadounidenses y a todo el mundo democrático, y los políticos hegemónicos aprovecharán las palabras sobre la respuesta militar y comenzarán a pensar en nuevos suministros de misiles THAAD a las fronteras rusas", pronostica.
No obstante, la ya abierta caja de Pandora tarde o temprano se hará notar, y entonces a lo mejor será demasiado tarde, concluye Orlovski.